Descripción
Lallo Rosique (1986) consigue en su primer poemario Delirios de campanas y cinceles romper con el mito de la relación estrecha entre poesía y pedantería. Influenciado por escritores como John Fante y Charles Bukowski, el autor intenta trasladar la crisis norteamericana posterior a la Gran Depresión a la etapa actual, la pérdida de ese “gran sueño americano” al éxodo de jóvenes cerebros que marchan fuera y a la crisis actual por la que atraviesa este país. Se trata de cuarenta poemas y dos monólogos interiores cargados de rabia que harían derretirse al glacial más congelado, en donde el amor y la mujer son los temas que más aparecen. El autor, a través un “yo desolador”, desnuda su personalidad y sus sentimientos utilizando un lenguaje directo y cargado de fuerza, mezclando ternura y sexo a partes iguales. La mujer es el protagonista principal en su poemario, marcado éste por el culto y el dolor provocado por la misma, siendo el epicentro en la mayoría de sus poemas. Con ello, las relaciones de pareja, el sexo de manera explícita, el mundo de la noche, el amor incondicional y el humor forman el cuerpo principal del poemario. Además, aparecen en menor medida poemas de denuncia social, en el que se relata algunas de las injusticias sociales en las que están inmersas millones de personas.
Por tanto, Rosique intenta impactar al lector y hacerlo reflexionar a través de experiencias cotidianas, contando lo menos bonito de la vida, desde un punto de vista devastado por las vivencias personales de cualquier persona, pero con un halo de esperanza futura. Se sitúa como un antihéroe que añora el amor eterno y la felicidad. Delirios de campanas y cinceles causa en el lector una patada en el estómago, un revolver de tripas y con total seguridad, no le pasará desapercibido.