Descripción
Huyendo de este jardín, me encontré con el viento destaca por su cuidado lenguaje, por su imagen poderosa cargada de misticismo, de una belleza natural que busca con nostalgia todo lo Whitmaniano, donde Boris Rozas persigue aglutinar la fuerza de su poesía con el arte mismo.
En palabras del propio autor:
“En agosto de 1989 huía entre jardines y aristas, envuelto en frágiles alas de Ícaros infantiles, sólo para encontrarme de bruces con los vientos de la poesía en enfermas mañanas sin principio. Todo amor y carcoma.
Es agosto de 2009 y la mañana es perfecta.
Náufrago del rocío del verso, camino bien acompañado en este bosque de cristal de la mano de mi otro yo”.