Descripción
Hay paisajes desolados ante los que el lenguaje parece perder sus coordenadas y enloquecer y danzar como si fuera un árbol en llamas. Un cuerpo o una ciudad sitiada. Sobre ese tenso silencio de la ignición y sobre los chasquidos tenues de los versos al quebrarse –ese fulgor del pensamiento– trata este libro.